El Ahuehuete como Árbol Nacional

En su artículo el señor Noriega dice que: “en el siglo XIX, crecía un árbol abundantemente en diversas localidades de la República Mexicana. Menciona que los indígenas le llamaron ahuehuetl, palabra compuesta de atl y huehuetl, que significa viejo de agua; denominación perfectamente justificada, tanto porque los filamentos de la planta parásita que se le asemejaban groseramente a la cabeza de un anciano, cuanto porque busca generalmente los manantiales y corrientes de agua, dando origen, por esta circunstancia, a la creencia vulgar de que donde se siembra un ahuehuete brota agua”.

Además hace referencia al libro Historia de las plantas de Nueva España por el Sr. Hernández en donde comenta que los mexicanos le dan este nombre, porque suele nacer en las riberas de los ríos ó de las corrientes de aguas, los indígenas acostumbraban a construir con su madera unos tímpanos que les llaman: Hoehoetl ó Teponaztli; aunque otros dicen que no es esa la razón de su nombre, sino la circunstancia de producir un sonido, cuando, hallándose á la orilla de las aguas, es agitado por el viento.

Por otra parte Noriega durante este siglo menciona que la importancia del Ahuehuete radica en su madera de color amarillo con vetas oscuras, es susceptible de un bello pulimento; se pueden obtener tablones de dimensiones muy grandes, y es empleada en la construcción de muebles finos: los indígenas disponían de esta madera cortada en astillas, sobre excavaciones practicadas en el suelo; la cubren con tierra, le aplican fuego en seguida, y obtienen de este modo un alquitrán de primera calidad, el cual se encontraba en algunas boticas de la capital.

Es importante mencionar que los españoles en esa época lo llamaban sabino, y también cedro, por el color rojo de su madera; pero no pertenece á ninguna de las especies del sabino ni del cedro, sino que se debe sin duda, referirse a la clase de los abetos, porque su fruto, su aspecto y madera son diferentes del verdadero sabino. Además sus hojas son parecidas á las del sabino, y gozan probablemente de propiedades emenágogas (Propiedades medicinales). Sus frutos, ricos en aceite volátil y resina, pueden utilizarse en la farmacia, y además, por su abundancia, en la alimentación de algunas aves.

Continúa conociendo más sobre la importancia y características del Ahuehuete durante este siglo en el trabajo Noriega, Tomás. (1877-1879). El Ahuehuete. La Naturaleza, Periódico Científico de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, IV, 35-40. El cual forma parte del fondo antiguo de la BCCT-UNAM.

Fuentes Consultadas

Noriega, Tomás. (1877-1879). El Ahuehuete. La Naturaleza, Periódico Científico de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, IV, 35-40.

Ricardo Castro

Ricardo Castro

rccastroe@comunidad.unam.mx

Artículos recomendados

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: